
Vivir un día sin carne por tu salud. Una dieta ausente de productos de origen animal ha probado ser un arma extraordinaria contra enfermedades como el cáncer, diabetes, Alzheimer, la obesidad, los problemas cardíacos y una larga lista de dolencias.
Vivir un día sin carne por el planeta. Siguiendo una dieta sin carne puedes hacer tu parte para detener el calentamiento global: la industria ganadera es responsable de grandes emisiones de metano, uno de los tres gases que se consideran responsables del calentamiento global.
Vivir un día sin carne por solidaridad. Según la FAO, se necesitan al menos 7 u 8 kilos de cereal para producir sólo un kilo de carne de vaca. Si seguimos por esta vía, el alimento seguirá siendo insuficiente para nutrir a toda la población mundial.